La reina del circo de Gavarnie
La primera vez que visite el circo de Gavarnie en invierno, me fije en esta espectacular cascada que resalta sobre el circo. Fue con Adrian Legarra, cuando me presento a Aloïs y el resto de cascadas del Circo.
Desde que nos conocimos, la había intentado en varias ocasiones. Siempre escalando previamente los 2 primeros muros y en el día. En el segundo intento, había conseguido encadenar los largos de roca en libre (en el primero no hubo tiempo para darle un segundo pegue). Pero al ser actividades de muchas horas, siempre tuvimos algún motivo para dejar sin terminar los largos de hielo. El tener que abrir huella entre los muros con nieve hasta la cintura, cordadas previas en la vía, etc… nos hicieron desistir en su día de terminar la vía.
No obstante, la espina se quedó clavada. Y a pesar de que los anteriores inviernos el circo no estuviese en sus mejores condiciones para intentarlo, siempre miraba la meteo y las condiciones, a ver si este año…
Mirando la meteo, parece que los astros se alinearon, la vía y el acceso estaban en condiciones. A pesar de que los muros previos no estuviesen formados para intentarlo desde abajo. Sí que parece que desde Sarradets se pudiera acceder. Por lo que optamos por aproximarnos desde Sarradets. Además, con una compañía inmejorable, Bru Busom y Marc Toralles, ambos excelentes alpinistas que rebosan motivación y energía.
A las 6 de la mañana, salimos a pie desde el refugio de Sarradets. La nieve está a tramos blanda o muy blanda y en seguida nos damos cuenta de que la aproximación no será un paseo. Abriendo huella hundiéndonos cada paso hasta la rodilla llegamos a pie de vía en 2 horas.
Una vez aquí, bajo la Aloïs vemos “El aliento del diablo” inmensa. Los tramos de roca esta reducidos al mínimo. Los carámbanos que cuelgan desde Aloïs son enormes, pero no vemos más allá de lo que cuelga.
Se prepara Marc, en vez de acceder desde la travesía, ataca el hielo que accede a la 1.era reunión. Apenas nos damos cuenta cuando Marc
ha llegado a la reunión. Bru y yo subimos detrás.
Estamos al inicio de la parte de roca. Si bien en su día, encadene los largos de roca en libre. Se me quedo pendiente hacerlo juntando los dos largos (7a y 6b+ o A2 y A1, según se mire) por lo que esta vez vengo mentalizado para hacerlo. Desde la reunión sale una travesía delicada hasta el primer Spit, que es donde me quito las botas y me calzo los pies de gato. Comienzo a escalar, al inicio la roca es mala o muy mala, y las repisas y regletas están cubiertas de nieve, pero no es excesivamente difícil y está protegido con varios pitones. Una vez alcanzado el diedro, la roca mejora y da más confianza. La escalada es más física y atlética. Hasta que llegamos a un techo, protegido por un Spit y dos pitones. Aquí está el crux de la zona de roca.
Salgo de la zona con buen canto, con una zona sin buenos pies colocando un talón izquierdo, con la vista fijada en una repisa roma con nieve, que abordo en travesía hasta un buen canto de pie sobre el que me incorporo y consigo salir del techo con una petada considerable. Aquí prácticamente estamos en segunda reunión original, pero en vez de continuar hasta ella, continúo escalando por una placa de roca solida hasta un pitón, que chapo con una cinta larga para evitar el roce que da el techo.
Por una zona sencilla, pero con roca mala y cubierta de nieve, consigo incorporarme en la repisa donde va la ruta original. De aquí a la tercera reunión queda un desplome con buen canto y buena roca, protegido por dos pitones y un Spit. Monto la reunión feliz y con los brazos bien hinchados.
Marc y Bru me pasan la mochila con el material. Hacemos el experimento de izarlo con un cordino de 3mm. Subir el petate siempre cuesta, pero al ser volado y cerca de 40 metros creo que volveremos a utilizar el cordino de 3mm. Marc y Bru suben escalando cada uno con sus botas para no cargar en exceso el petate, pero creo que todos coincidimos que es un acierto subir los pies de gato para hacer este largo.
Bru se calza las botas, prepara el material y aborda el hielo, comienza a escalar rebosando energía, da gusto verle. Enseguida lo perdemos de vista hasta que oímos el grito de “¡reuniooooon!” Marc y yo nos preparamos y salimos. Pese a seguir la trazada de Bru y Marc, se nota que no he escalado en hielo hace tiempo, picando demasiado fuerte y sin excesiva confianza, por lo que al llegar a la reunión, le comento a Bru si quiere hacer el siguiente largo, de apariencia más sencillo, pero parcialmente cubierto de nieve. Bru arranca la locomotora y “se merienda” el largo en un momento.
Es el turno de Marc, el largo se ve más tieso que el anterior, apenas se ve nieve pegada. Marc lo aborda con la serenidad que le caracteriza y se hace con el largo con poderío. Bru y yo llegamos a la reunión. Queda el ultimo resalte que decidimos no hacer. Marc trabaja al día siguiente en Catalunya, todavía le queda una larga jornada para llegar a casa. Para cuando llego a la reunión Marc tiene casi preparado el Avalacov. Por lo que repartimos el material y empezamos a bajar.
Para cuando llego a la siguiente reunión Marc y Bru tenían el Avalacov hecho. Un rapel más y estamos en la base. Esta vez la huella de regreso a Sarradets estaba hecha. Llegamos al refugio con la luz de las frontales, en la que, para mí, ha sido una jornada Pyrenaica preciosa. que mire al circo de Gavarnie.