Uno de mis sueños como alpinista estuvo cerca de convertirse en pesadilla.
Casi antes de comenzar a escalar había oído historias épicas sobre el espolón Walker de las grandes Jorasses. Me había mirado esta ascensión en el libro de mi padre de Gastón Rebuffat desde bien pequeño.
Habíamos hablado sobre esta ruta con Xabi y Arnau y a los tres nos motivaba mucho. Y por fin, después de mirar en numerosas ocasiones la meteo, en miércoles 21 de Junio de 2017 nos decidimos a intentarla. El miércoles dan riesgo de tormenta a la tarde-noche, pero para el Jueves, en Meteofrance montagne, dan un sol redondo para todo el dia, por lo que vamos tranquilos. El plan es el siguiente: Nos aproximamos el miércoles a la tarde, y si no se ve atisbo de tormenta, comenzamos a escalar para vivaquear bajo el diedro Rebuffat. Al día siguiente acabamos de escalar la via y bajamos al refugio de Boccalatte.
A las 11:00 de la mañana realizamos las últimas compras y realizamos los últimos preparativos en Chamonix. Volvemos a mirar por enésima vez la meteo y nos dirigimos al tren de Montenvers. Hace calor y los tres vamos motivados para afrontar la larga ruta que es el espolón Walker. A medida que avanzamos se va nublando, pero no parece que no habrá tormenta. Por lo que seguimos el plan previsto y empezamos a escalar.
Tras pasar la rimaya, los largos son sencillos pero con roca delicada a tramos. Hace bastante calor y ya de noche, llegamos al vivac que esta bajo el diedro Rebuffat. Parte del vivac esta bajo una mancha de agua que gotea constantemente y los tres nos tenemos que apañar en la parte seca. Cenamos y nos colocamos en la repisa como podemos. Dentro de lo que cabe, hace una buena noche y dormimos bien.
Al amanecer, después de un buen desayuno, afrontamos el diedro Rebuffat. En el croquis me marca por la derecha, y después de chapar un clavo me doy cuenta de que me he embarcado. Pero ya estoy bastante alto para rectificar y continuo por el diedro de la derecha. No sin resoplar en numerosas ocasiones, salgo a una hilera de clavos que era la ruta original.
Seguimos por las travesías y alcanzamos el diedro de 75 metros. El dia es espectacular, escalamos en camiseta y agradecemos la sombra. En el diedro, la escalada se vuelve mas vertical, pero la roca mejora sustancialmente. Esta generosamente equipado con pitones y empezamos a disfrutar de la escalada. Seguimos por varios largos de roca inestable hasta el pendulo. A partir de este punto, el cielo empieza a nublarse poco a poco. Aun así, es temprano y hace buen dia, por lo que seguimos escalando sin prisa pero sin pausa.
Mientras escalamos las placas grises, el cielo acaba de nublarse. El miércoles fue parecido y seguimos confiados de que la meteo nos respetara, como lo había hecho el anterior dia. Al llegar a la torre gris, el sonido de los truenos comienza a oírse lejanamente, y poco a poco lo empezamos a sentir mas cerca y con más frecuencia. Seguimos escalando, pero con todos los sentidos puestos en lo que parece avecinarse.
Xabi monta una reunión sobre la torre gris y un zumbido le rodea, tiene todos los pelos de punta! La electricidad que hay en el ambiente suena, casi al mismo nivel que los truenos! Antes de llegar a la reunión, nos grita a Arnau y a mi que nos bajemos al vivac Cassin. Habíamos alcanzado el espolón y estamos expuestos a los rayos.
Cuando empezaba a nevar, Xabi nos descuelga a la repisa y posteriormente, ya con un granizo constante, rapela a la reunión. Cuando Xabi llega, el granizo es intenso y el estruendo de los truenos nos ensordece por momentos. Decidimos esperar a que la tormenta amaine en el vivac Cassin. Poco a poco la tormenta va perdiendo fuerza y los truenos se oyen mas lejanos. Pero a medida de que el cielo se va aclarando, los desprendimientos en todas las paredes que nos rodean, se hacen mas frecuentes. Uno de ellos, del tamaño de la fachada de un chalet, empieza a caer sobre el couloir Colton-Macintyre! inmediatamente nos protegemos pegados a la pared, pero numerosas piedras nos alcanzan. Pasados los momentos de pánico, al evaluar los daños, Xabi ha recibido el impacto de una gran piedra en la bota y apenas puede pisar. Arnau ha recibido el impacto de varias piedras en la espalda, que le han llegado a atravesar el Gore-tex. Yo he recibido varios impactos menores y me encuentro bien.
Evaluamos la situación con relativa calma y decidimos que lo mas seguro para todos es pedir rescate.
Durante la espera del helicóptero, recordamos la previsión de Meteo-France Montagne del día anterior, menos mal que pronosticaban sol, supongo que, ets la montagne!!!
La llegada del helicóptero de rescate Dragon 74 nos alegra por momentos. Es de admirar la profesionalidad con la que actúan y los riesgos (no siempre controlados) que corren. Merci beaucoup!!!
Video de la ascensión y rescate